Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

domingo, 10 de mayo de 2009

La DGT cairota


Aquel día me tocaba solicitar el carné de conducir. Me lo habían pintado mal, colas interminables, horas de aburrida espera y una burocracia difícil de sortear.

Con aquella perspectiva, llegué a la Dirección General de Tráfico de El Cairo una mañana en la que el sol, después del tibio invierno, apretaba riguroso. Ya en la calle contigua había un auténtico hormiguero, cientos de personas, sobre todo hombres jóvenes que esperaban su turno entre un arsenal de motos y coches aparcados de cualquier manera. Pasar entre ellos me produjo vértigo, sobre todo porque me sentí blanco de aquellos ávidos ojos .

Entre ellos había muchos lisiados. Ojos a la virulé, cejas cortadas, cabezas vendadas, brazos en cabestrillo o patas chulas eran algunos de los desperfectos con los que cargaba el personal, que por otro lado no parecía muy afectado por semejantes desgracias. Me sorprendió sobremanera aquella fauna, que me pareció más propia de un hospital, pero enseguida me enteré de que en el primer piso había un juzgado que se ocupaba de los accidentes de tráfico y repartía fortuna o cárcel según conviniera.

Con paso rápido, entré en las oficinas por una verja a medio abrir. Aquel lugar me pareció caótico, como si el paso de un ciclón hubiera desbaratado las instalaciones y sólo quedaran escombros, muros y ladrillos desperdigados aquí y allá. Unos obreros estaban liados a martillazos con un muro, abriendo a ojo de buen cubero, puerta y ventanas, todo ello sin ninguna protección.

Me senté junto a una tropa de muchachos que esperaban con desgana su turno para conseguir el carné de conducir camiones. La sala, al aire libre, no podía ser más ruinosa, con un tejado de uralita lleno de cables viejos que colgaban peligrosamente encima de nuestras cabezas, tubos de conducción rotos y arena por todas partes.

Al frente, teníamos una sala enorme de oración, identificable por las decenas de zapatos alineados fuera . En la puerta, sentados en el suelo, dos o tres limpiabotas hacían su agosto con la nutrida clientela.

Un pequeño local con mostrador al patio ofrecía café, té y algo de comida. Junto a su estrecha puerta había un largo pasillo mojado que conducía a los baños. El olor a pescado atrasado, irrespirable, llegaba a todos los rincones y parecía no afectar a los que bebían alegremente en la barra. Mucho no se podía hacer, si te movías a la esquina opuesta, te topabas con un olor a gas que apestaba y había riesgo de caer como un pajarillo.

Así transcurría la mañana, de mostrador en mostrador, con la promesa de Mahmoud, que era quién debía arreglar mis asuntos, de que la cosa no llevaría nada más que 3 o 4 horas. Cuando ya había perdido la esperanza de conseguir el ansiado carné egipcio, le vi hacerme señas para que me acercara.

Por fin las fotos, me dijo acompañándome a un despacho con un improvisado estudio fotográfico. Me senté en una silla coja que por poco me tira al suelo. Los cables colgaban en absoluta anarquía por detrás del ordenador y madejas de pelusas y polvo se enredaban en ellos. Entre aquel maremagnum descubrí tirados, los zapatos que se había quitado la funcionaria y sus regordetes pies descalzos.

La vi preparada para disparar la foto. Al verme pasmada y perdida en aquel curioso paisaje alzó la mano y gritó enérgica levantando el brazo, smile madam, please, smile, smile! En un par de minutos más, una mano ensortijada salió por una pequeña ventanilla y me extendió una licencia árabe que no pude entender pero que me llenó de regocijo.

No sin cierto pesar, me despedí de aquella curiosa y pintoresca oficina.

13 comentarios:

Nativi dijo...

¡ vaya panorama!, sin embargo, este caos es lo que convierte este país en especial.
Pero, ¿donde hiciste la foto con los coches tan ordenados?.Al primer vistazo, y con este título, pensé ¡igenua de mi!, que alguna ley nueva de la DGT estaba obrando milagros.
En fin, si que eres una tia decidida para atreverte a conducir en el Cairo.
Besos

Ahmed dijo...

Enhorabuena por el carné!y mucho ánimo para que puedas conducir en las calles de El cairo sin perderte los nervios!
Desgraciadamente, la burocracia está en casi todas las organzaciones del gobierno. Para solicitar unos papeles, tienes que coger un día libre o dos de tu trabajo. Porque esta burocracia hace que las cosas pasan de manera lentísima en el país. Y esto está obvio en las decisiones del gobierno en cualquier crisis o asunto urgente.
También, el conducto de mucha gente, los empleados o los clientes, no se ayuda a mejorar la situación. Esto requiere que todos aquí intentemos arreglarlo de nuevo con paciencia y voluntad.
De verdad, este blog es interesante. describes muy bien, especialmente los detalles. Espero que todo te vaya muy bien en Egipto, cual tembién, tiene cosas buenas.
Saludos de un egipcio que sabe un poco el español!

Anónimo dijo...

Seguro que Egipto tiene cosas muy buenas, y que con voluntad y paciencia se consiguen la mayoria de las cosas asi que solo hay que tener "confianza"....Gracias Celia de nuevo por seguir contandonos tú dia a día...aqui hay a quien le alegras las mañanas. Besitos, jajajaj, no me importaria subirme contigo a un coche la próxima vez.

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto¿para que quieres el carné egypcio si es imposible conducir por esas calles de Dios, bueno de Ala?
Mabel

Celia Ruiz dijo...

Nativi,
tienes razón...después de haber conducido en el D.F.pensé que ya lo había visto todo, pero esto es un nivel "superior" jajajaja

Ahmed, bienvenido al Blog...te felicito por tu español, muy bueno.
Y claro que me gusta el Cairo y me gusta por todo, por lo bueno y por lo malo, es una ciudad maravillosa.

Amparo-Anon,
no veas como está la ciudad de bonita, primaveral, hasta brisa fresca tenemos, increíble,no?

Mabel,
ya sabes que los vascos somos muy echados p'alante,no?

Abrazos para todos!

Mexiñol dijo...

Pues nada ahora a comprar un tanque pa que se aparten los malos a tu paso

Celia Ruiz dijo...

Santy,
qué idea más buena, te imaginas? Haría algo la policia?? jajajajaja

Unknown dijo...

¡Válgame Dios! Lo bueno es que las mentes de esa pobre gente no son cojas. Felicidades por la licencia. Ahora me pregunto, ¿Podrá Ud. conducir en esas calles tan traficadas? ¿Conducen como en la ciudad de México? Como quiera que sea, felicidades.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Quien pudiera sentir esa brisa como dices, cuando estuve en abril..por las noches hacia fresquito!!...:))), pero bueno ahora mismo me pongo en cuarentena y ya estoy ahi, a ver si esta vez te puedo dar ese abrazo.
besitos.

Jelens dijo...

Esencia del El Cairo en estado puro.

Celia Ruiz dijo...

Jelens querida,
he leído lo de tu amigo, te mando un abrazo.

antonio+alfonso dijo...

Querida Celia, vaya periplo el de la licencia!....hasta parece oficina mexicana en tiempos de la influenza!.........bueno, pues que nos hemos acordado de ti, porque en unos minutos zarpamos a Atlixco a comer a Las Calandrias.....recuerdas cuando nos acompañaste?......pues vamos a lo mismo......'si quiere que cante, la gallina por delante'........nos dijiste....como nos reimos!..
recuerdas?

Un beso,
A+A

Myriam dijo...

Que miedo me da... tu estas segura que quieres conducir en El Cairo??? Yo aquí no cojo un coche ni de broma.... Qué valiente!!