Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

jueves, 4 de diciembre de 2008

Habitantes de El Cairo. Gente extraordinaria.

Esta vez , no soy yo la protagonista del suceso que relato, le ocurrió a P. y quien le conozca sabrá que sólo a él le pueden pasar estas maravillosas historias. Me cuenta así:

"Estaba en una de esas concurridas calles del casco antiguo intentando coger un taxi. Ya sabes que es cuestión de segundos que alguien pare a tu lado, me dice. Al primero que baja la velocidad, le grito al modo cairota "Zamalek" y ante mi sorpresa pisa el acelerador y sigue su camino. Me quedo perplejo, pero en cuestión de segundos, tenía al siguiente al lado. Esta vez lo hice a mi manera, así que me subí sin preguntar y cuando estaba cómodamente sentado dije de nuevo, "Zamalek" y como siempre funcionó, el taxista arrancó sin más preámbulos.

Después de un rato, miro al conductor y veo que me observa curioso. En seguida me dice, usted sabe que esto no es un taxi, no? y al ver mi cara de sorpresa añade tranquilizador, "don´t worry sir, no problem".

En ese momento me doy cuenta de que con las prisas me he debido subir en un coche particular, seguramente engañado por su aspecto exterior, bastante deteriorado. Me río a carcajadas de mí mismo y de semejante situación y le pido abochornado que disculpe y que pare.

Me mira muy tranquilo y me dice, no hombre, no, le llevo a donde quiera. Vaya situación, no sé qué hacer, pero me insiste tanto, que me quedo. Entonces, de manera espontánea entramos en conversación y me doy cuenta de que mi improvisado conductor es un hombre pobre pero culto, me dice que es profesor de inglés y eso se nota inmediatamente porque habla el idioma muchísimo mejor que los taxistas que frecuento. En el trayecto tenemos tiempo de hablar de política, de la pobreza en esta enorme ciudad de 22 millones de habitantes y de las enormes dificultades existentes para cambiar las cosas.

A esas horas encontramos muchísimo tráfico, una cosa de locos. A pesar de las enormes colas, va aprovechando cada hueco y adelanta un coche detrás del otro y yo, sacando la mano, le ayudo para que le dejen de nuevo incorporarse a la larga caravana. "Mi profesor de inglés" se dobla de la risa y dándose palmadas en la pierna me suelta, "usted conoce ya nuestro sistema" y suelta una sonora carcajada.

Entonces, como volviendo a la realidad de este mundo, me dice serio, por qué a los europeos no les gustan los niños? me deja perplejo y le digo, de verdad crees eso? pues claro, vosotros apenas tenéis hijos, míranos a nosotros, aunque pobres, nuestras familias son grandes y los chiquillos corren por todas partes... y de nuevo nos enzarzamos en una discusión sobre el sentido de la vida, la pobreza y riqueza en el mundo.

El tiempo pasa volando y sin darme cuenta estoy en la puerta de casa. No se qué hacer, no se si puedo ofrecerle dinero sin ofenderle. Al final, le agradezco tremendamente el favor, le estrecho su mano y le deslizo con mi mejor intención un billete, le va a hacer falta. Me mira agradecido y sigue su camino. Entonces, me doy cuenta de que no le he pedido el número de teléfono...quizá quiera trabajar ocasionalmente de chófer...pero para cuando me doy la vuelta y miro, es demasiado tarde, él ya se ha perdido en el tremendo tráfico de El Cairo".

14 comentarios:

Anónimo dijo...

p. por esas cosas te queremos. y por otras.
un beso

Mexiñol dijo...

Fíjate que a pesar de su idiosincrasia tan cerrada en algunos paises la gente común aun es amable, si en madrid un extraño se sube a tu coche, no importa que sea de otra nacionalidad, o lo sacan a patadas, o llaman a la policía.

Ana dijo...

Personas como este taxista improvisado de El Cairo es lo que da la grandeza de los países, y Egipto sabe mucho de esto.

Me gustaría volver a El Cairo y disfrutar de las sonrisas de sus habitantes y su amabilidad.

Un saludo

Rachel dijo...

Que anecdota tan bonita Celia, la verdad es que da gusto con gente así. yo también conoci a un par de personas pobres pero muy honradas y buenas en el Cairo, dicen que la pobreza saca lo peor y lo mejor de las personas. Yo creo que por esas tierras saca sin duda lo mejor.
Un Beso.

Sònia... no tan fiera... dijo...

:) qué bueno...

La verdad es que son gente muy hospitalaria, aunque evidentemente hay de todo... se paraban para ayudarme a cruzar las calles, a pesar de que yo ya sabía cruzarlas bien (lo que hace la experiencia, nunca lo habría dicho la primera vez que pisé el Cario) y a pesar de que ellos acabasen de cruzar en sentido contrario..

Anónimo dijo...

Esas cosas son las que te hacen pensar que algo bueno hay en todos nosotros...., gracias por seguir con tus relatos.
Besitos.

Petrusdom dijo...

Lo curioso es que el señor del coche tocó uno de los aspectos más crudos de nuestro mundo: el egoismo, que es precisamente la sinrazón de nuestro "progreso".
Gracias y recibe un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Me sonrío porque la primera vez que estuve en la misma situación en Cairo aluciné.

No paraba de preguntarle a mi marido ¿pero le conoces? ¿y por qué nos lleva? No me entraba en la cabeza...

Cualquier forma de sacarse un dinerillo extra es válida.

Saludos.

Masriya22

JAVIER dijo...

Que bonita historia, y que suerte que no le tocara algun mal hombre y hubiera querido asaltarlo, por el contrario le resulto un viaje inolvidable por lo que pudo aprender y ensenhar al humilde conductor.

Saludos desde Japon.

josé javier dijo...

Buen ejemplo de amabilidad... o de picardía en la necesidad.
El caso es que tu amigo llegó a su casa.
Un abrazo. J.J.

Unknown dijo...

Celia:

¡Vaya relato tan bonito! Ojalá vieramos más personas así como ese profesor. Desafortunadamente cambiamos en las ciudades. En Guanajuato, he visto a muchos chicos pidiendo "aventón". Nadie se detiene y solo quieren un aventón a Salamanca, León, Irapuato o Valle de Santiago. Saludos y abrazos.

Celia Ruiz dijo...

Algo que hay que reconocerle a este pueblo es sin duda su generosidad y de rebote la ayuda al prójimo. En otra ciudad del mundo se hubiera producido una historia muy diferente. Pero ellos todo lo toman así, tranquilamente, "no problem" son sus palabras favoritas, llenas de sinceridad.

Un abrazo a todos!!!

Anónimo dijo...

Os pasan unas cosas la mar de curiosas jajaja.
¿Montarse en un taxi que no es y que le lleve dándole conversación? Eso es suerte y muy buena voluntad.
Seguid disfrutando.

PD: Pensé que ayer comenté y ahora veo que no. Como se me va la cabeza jajajaja

Marcoiris dijo...

Preciosa historia!
Me recuerda de algunas que vivimos en India... en los pueblos donde hay necesidad a veces surgen historias preciosas como esta. Me gusta tu blog. Un saludo