Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

domingo, 13 de julio de 2008

Herederos de los grandes constructores de pirámides.


Me he pasado las últimas 9 semanas viajando de un lugar a otro, haciendo y deshaciendo maletas y no se cómo he podido sobrevivir con esta alegría a semejante trajín. El optimismo con el que inicié esta aventura cairota me dio, sin duda, energía para doblar y desdoblar, colgar, colocar, extender y un par de días después, volver a empezar.

A medida que pasaba el tiempo, el desbarajuste iba campando a sus anchas. Junto a ropa y calcetines, viajaban cargadores de teléfono, una plancha, un camello de peluche, el salchichón que me traje de Alemania y un chorizo para las lentejas, en fin, un batiburrillo sin ningún glamour que iba paseando por países y hoteles.

Por suerte, entre viaje y viaje, tuve tiempo de alquilar una bonita casa, sin cortinas con chorreras ni columnas doradas y garras de león. Pero a pesar de lo que decía el contrato, el momento de entrar a vivir nunca llegaba, envueltos como estábamos en un torbellino de obras interminables concebidas por un dueño de lo más peculiar.

Cuando ya había perdido la esperanza, me llegó la buena noticia, nos iban a entregar las llaves de la casa. Después de interminables chapuzas y muchas semanas de retraso, todo estaba listo y funcionando. Di volatines, tiré cohetes y abracé a P. enfervorecida. Biennnnnnn! Biennnnnnn! Así entré en una casa en la que sólo había una cama y dos sillas. Pero esto me pareció el paraíso, después de lo que me había costado poner un pie ahí dentro.

Ya a la firma del contrato, me había parecido que el casero era un personaje de lo más curioso, pero que queréis que os diga, el amor es ciego y la casa me encantaba. Esta manía suya de rizar el rizo se convirtió en una pesadilla. Cada vez que llegaba el momento de la entrega, volvíamos al principio, se repintaban paredes, se barnizaba por quinta vez el parquet, o se picaban todos los azulejos de la cocina porque habían quedado algo torcidos. Calidad ante todo.

Y qué vas a hacer, dime, ahí le dejas cambiando azulejos...al final, podría ser peor. Y es que en mi corta experiencia en esta increíble ciudad me he encontrado con exóticos de todo tipo. Una vez vi una casa en alquiler, donde la dueña, derroche de flexibilidad, había fijado todas las camas con cemento al suelo, sí, con cemento de levantar tabiques. Que no querías camas? ahhhhh, que querías una? pues toma dos!!

Pero volviendo a mi historia…

A la vez que se retocaba cada menudencia, se dejaba de hacer lo elemental, colocar lámparas, poner enchufes y ventanas, acabar el baño, ya sabéis, todas esas cosas sin las que la vida no es tan agradable.

Un día sí y otro no me pasaba por allí con la esperanza de que hubieran terminado, pero siempre les pillaba con la brocha haciendo retoques. Los albañiles ya me conocían, “Hallo Madame”, me sonreían y me hacían señas para que entrara. El regocijo por mi visita era grande. Y desde luego, si no me lié a tiros en todo ese tiempo, fue por la enorme simpatía que me despertaron.

Uno, de ojillos rojos y cara flaca debía ser el jefe del grupo y hacía conmigo siempre el mismo recorrido, la cocina, el baño, la habitación...eeepa! aquí entro un día y me encuentro a un muchacho arrodillado sobre un pedazo de cartón. Está rezando. Se pliega sobre sí mismo varias veces hasta tocar el suelo con la frente y repite con un murmullo una oración...me quedo pasmada y me paro en seco. Realmente no se que hacer. Estas escenas se repiten a diario en los lugares más insólitos, en la garita del policía, en el portal de las casas, la sala de espera del dentista, el bar…y nadie parece notarlo.

Sigo el recorrido intentando descubrir que es lo que habían hecho en los últimos días, pero no veo adelanto alguno. Calculo los días que han pasado desde mi última visita por 8 horas de trabajo y por número de albañiles y llego a la conclusión de que son unos mantas.

Desconsolada pregunto con señas y con las pocas palabras que he aprendido de ellos, qué van a hacer hoy, si por fin van a terminar, pero el flaquito se encoje de hombros y señalándome con el dedo hacia el suelo dice poniendo cara de gran respeto Mr. Mohamed. Ahhh, voy entendiendo, eso significa que debo preguntar por el dueño, que vive en el piso de abajo.Pero no hace falta, el míster aparece en la puerta dando órdenes y se acerca sonriente.

Hablamos de esto y de lo otro y luego, le repito las mismas cosas de cada día...falta esto, aquello, qué cuándo llegan la lámparas, y los enchufes, en fin, el mismo rosario de siempre. Me amenaza con volver a barnizar el suelo pero, me nota nerviosa y me promete que en un par de días dejará todo listo. Me toca el brazo solemnemente y me susurra serio, don't worry, I want you to be happy, y mira cautelosamente a su espalda por si alguien le oye...

Bueno, pues desde esta conversación hasta la toma de posesión pasaron otras 6 semanas, es decir, 42 dias y noches de hoteles. No me preguntéis que hizo en este tiempo, prefiero no saberlo, aunque le agradezco profundamente que la primera noche, a modo de bienvenida, explotaran todos los focos de la cocina y aterrizaran en mi yogur y que además, como veis en la foto, me haya colocado una mirilla telescópica extraíble, que si me apuras te puede sacar hasta un ojo, y bueno, bueno, qué me decís de los otros agujerillos para garantizar la ventilación, eh?, sin duda, sangre de faraones.
Ole, ole y ole!


10 comentarios:

Anónimo dijo...

te puedo asegurar que no pretendo hacer ninguna broma, pero cuando he abierto el blog al mirar la fotografía me he acordado de Dalí. he pensado en un primer momento que estaba rotada y que la pared izquierda era el mar. he girado el ordenador y entonces he visto el picaporte y todavía incrédula le he intentado dar otro significado. finalmente he comprendido. si señor olé,olé y olé.

Anónimo dijo...

jajajajaj, menos mal que has enviado tú antes este mensaje susana....jajajaj, porque yo he echo exactamente lo mismo jajjaajajaj, aún me estoy riendo.
bueno lo de los agujeritos, mujer igual lo hace el hombre por si en algún momento necesitas ayuda así estaras bien controlada....jeejejejej, gracias por compartir con nosotros tus experiencias. Besitos.

Amparo.

Anónimo dijo...

Buff, no me hables de obras que bueno... hace un año mis padres hicieron obras en casa (vivo aún con ellos) y bueno, fue un caos.
Fue una obra de reformar toda la vivienda entera, vamos, acoso y derribo total. Lo que iba a ser un mes, fueron dos y medio.
Entre hostales, hoteles, pasar las vacaciones en una parcelilla que tenemos en Toledo y demás, era insufrible. Parecia que no avanzadan y efectivamente, no lo hacian.
Hasta que lo terminaron, vamos, en vez de llorar de alegría, llorabamos de pena jajaja. Por los remates cutres y esas cosas.
Espero que puedas instalarte pronto porque no hay nada como estar definitivamente en "tu casa".
Ánimo y paciencia, mucha paciencia :D
Bueno, lo de la mirilla me ha dejado fría jajaja. Y los agujeritos jajaja. Que chapuzas son.
No te dejes liar y... a por ellos :D

vic dijo...

Pues a mi me ha pasado lo mismo!mucho más simple que mi madre he pensado "habrá tenido problemas con el tamaño de la imagen"...Qué historia más divertida...Si en madrid, he visto de todo en cuanto a pisos, no puedo ni imaginarme la de historias que tendréis en un sitio como el cairo...hablando de obras...en casa de mi querido padre, y esto no es broma, llevan con obras en la escalera desde que empecé con mi novio alberto (osea hace nada más y nada menos que 8 años)...INCREIBLE
Besos

Anónimo dijo...

pero...quien es tu novio alberto?!!! si yo no me había enterado. lo que se aprende en la red; en fin aqui va un link al cuadro de dali al que me refería. giradlo y... mirilla y todo.
http://www.3d-dali.com/Tour/wp16-Persistence.htm

besos

Anónimo dijo...

Gracias Celia por tu blog. En Octubre me mudo a El Cairo y cuando me lo dijeron, se me hizo muy cuesta arriba pensar en dejar Bilbo por un país musulman que además no estaba entre los destinos que había solicitado. Gracias a tu blog he empezado a tomarmelo con humor igual me animo e incluso me pongo a hacer yo uno sobre la busqueda de piso en alquiler en la ciudad. Seguguro que da para mucho!!!!!

Celia Ruiz dijo...

Hola Axola!
El Cairo es una experiencia única en la vida. Dicen,con respecto a la ciudad, que sólo se dan los dos extremos, o la odias o la amas.Te encontrarás con cosas que te horroricen pero también con muchas otras que te cautiven. Si quieres vivir a la europea, hay muchos lugares y gente de todo el mundo, y si quieres disfrutar del mundo árabe, es la ciudad perfecta. Además verás que la imagen que tenemos de los países árabes está totalmente distorsionada, y que son países con índices de criminalidad bajísimos y con gente muy solidaria, así que ánimo, y sobre todo buen humor!
Gracias por leer el blog!

Anónimo dijo...

¡¡¡Gracias por tus ánimos!!!! La verdad cuanto más leo sobre esta ciudad, más me entusiamo con la idea. He estado investigando el barrio donde está la oficina (en el que seguramente viva) y creo que es la ciudad ideal para vivir a la europea y a la vez tener la oportunidad de conocer el mundo árabe.
Te animo a que sigas con tu blog!!!!

Dayana dijo...

Hola! hoy llegué por primera vez al blog, venía buscando blogs de gente que viviera en África y Google me mandó para acá.

Me encantó tu manera de escribir, de expresarte, de poner alegría a pesar de lo desopilante de algunas situaciones y del respeto que mostrás frente al pueblo Egipcio al no despotricar contra su manera de vivir sino referirte a las cosas "diferentes de los normal" (normales según quién las mire, claro) con una mezcla entre curiosidad y ganas de sorprenderte ante cada descubrimiento.

Se nota que sos una mujer de mundo y que sabés adaptarte y disfrutar de él.
Mis más sinceras felicitaciones por eso!

Saludos desde Argentina

Celia Ruiz dijo...

Hola Dayana,
gracias por visitar la página y por lo comentarios, y además desde Argentina...qué lugar! y sobre todo qué gente tan interesante.
Un abrazo