Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

viernes, 14 de noviembre de 2008

Entre nubes blancas llego a Omar Sharif

Cada vez estoy más convencida de que es inútil enfrentarse a algo, cuando la batalla está perdida de antemano. Por eso, he aprendido a cambiar confrontación por adaptación, en este peculiar país que me ha acogido lleno de jolgorio y desvarío.

Para meteros en harina, explicaré lo siguiente. En El Cairo cada piso tiene dos puertas, la principal y otra situada en la cocina. Por esta puerta, que da a una estrecha escalera interior y que desemboca en el cuartito del bauab, los vecinos sacan las basuras que cada mañana recoge el basurero sin ser visto. Tengo que deciros que este lugar no brilla precisamente por su limpieza. En todos los edificios, por muy "representativos" que sean, ese lugar puede ser una auténtica caja de sorpresas. Yo abro y cierro esa puerta cada noche, con el mismo recelo que si se tratara del acceso a un gran agujero negro.

Bueno, ya introducidos, la historia sigue así.

Hoy escucho unos golpecitos misteriosos en la puerta de marras. Vaya, vaya, pienso, debe ser
Mohamed, el bauab que necesita algo...Entro en la cocina y abro la puerta del "más allá". Allí delante, bien tieso, me lo encuentro, con la galabeya anudada en la cadera y con las patitas medio al aire. Me mira y me dice con gestos, no abra esta puerta hasta mañana y se agarra la nariz con cara de asco...

Intento descifrar el por qué de este misterioso comunicado, pero no han pasado ni siquiera unas décimas de segundo cuando veo una enorme nube blanca que corre escaleras abajo y un tufo ácido se me cuela rápido por la nariz. Mohamed, que se ríe de todo, suelta una cadena de carcajadas y yo, haciendo gala de mis malos modales, le doy con la puerta en los morros y corro, ya sin tiempo para otra cosa, a cerrar, por lo menos, la puerta que lleva al resto de la casa. Manda huevos, están fumigando sin avisar.

Me atrinchero en la habitación más alejada, pero el insecticida se cuela por todas las rendijas y me obliga a abrir puertas y ventanas. En unos pocos minutos, no hay quién pare. El olor llega a todas las esquinas y empiezo a pensar en salir corriendo, pero por dónde?. Lanzo nosecuantos juramentos y mentalmente busco al culpable de semejante iniciativa entre los vecinos más antipáticos. Juro venganza.

Me tomo un minuto para pensar y aplico la premisa de evitar rabietas, en esta ciudad especialmente, no arreglan nada. Así que me siento en la terraza a esperar a que la guerra química pase. Y mientras espero, miro el Nilo, lleno de pequeños barquitos que lo cruzan y empiezo a repasar mi vida en El Cairo, llena de episodios como este y que por alguna razón que todavía no conozco, acabaron siempre produciéndome risa.

Por la noche bajo a la calle y me encuentro a Mohamed, como siempre sentado en su banco con sus coleguitas. Le miro y esta vez, soy yo quién se agarra la nariz con cara de asco y sacudo la cabeza en señal de desaprobación. Mi cara le hace retorcerse de la risa y no consigue articular palabra. Qué poco fuste tienen, pero cuánta alegría, además contagiosa.

Sigo derechita saltando agujeros y esquivando obstáculos. Rápido me meto en el bar al lado de casa y me siento en la barra, codo con codo con el actor
Omar Sharif (Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia...). Os digo que este hombre, que será muy mayor sigue siendo guapísimo, tiene un estilo fantástico y un pelo blanco espectacular...ha tenido que ser un cañón, vamos.

14 comentarios:

ARSINOE dijo...

"Egipto es asi"", era la frase que nos decían siempre los egipcios cuando preguntábamos por algo que nos sorprendía, horrorizaba o divertía; esa frase valía para todo, y en verdad que tenían razón. Disfruta de esa alegre locura.

Mexiñol dijo...

Tal vez querían elimiar todas las plagas, hasta a los posibles mendigos escondidos en la escalera. Míralo por el lado bueno, tu venganza fué el disfrute de una buena vista del Nilo en primera persona.

Fernando Romero dijo...

"Adaptacion y risa¨" las dos mejores palabras de la entrada; El banquete el Nilo me lo puedo imagino y me imagino sentado en un balcón columpiándome en la silla, fumando un cigarrillo y contemplando el paisaje y luego cerrar en el cafe del barrio con Omar Sharif la secuencia me parece de capitulo de television!!
saludos

Zinquirilla dijo...

Wow! qué pasada encontrarse con ese hombre, vive allí? faltaba la foto, jeje.

Rachel dijo...

jajaja si lo que no pase en el Cairo...pero no te quejes mujer, al menos tienes el edificio fumigado ( y no has muerto intoxicada). Que suerte ver a Omar Sharif, la verdad es que era tod un latin lover en su época....
Un abrazo,
Rachel

Anónimo dijo...

Hola de nuevo, lo de Omar Sharif me ha dejado de piedra, diosssss, cómo no me habrá pasado nunca a mí, me hubiese dado algo :-))). Y si encima estuviese en reunión con Sean Connery, ya entonces directa a la tumba jajaja
Tienes razón, al final todo lo que pasa en Egipto te llega a hacer gracia y se convierten en meras anécdotas de las que te ríes con ganas de verdad, pero yo todavía no puedo evitar pegar cuatro gritos... ahora eso sí, una de cal y otra de arena, primero grito, luego una sonrisa y un "tamam, tamam, mafish muskela" para volver al grito... de momento me da resultado, sobre todo porque se ponen bastante nerviosos al ver una mujer chillándoles (y soltando alguna que otra palabra malsonante si es que la cosa se pone insoportable).
Lo de la fumigación parece que es muy habitual; en los hoteles nos ha pasado en Minya y en El Fayum y como te pille como nos pasó a nosotros una vez se te mete hasta el carnet de identidad... nosotros les dijimos que en España para matar bichos preferíamos la cerveza o un cubata :-))

Celia Ruiz dijo...

Tareixa, ya veo que hasta de turista se aprende eso, no? Está a la orden del día.

Santy, lo que igual pensaron fue en desinfectarnos a los propios inquilinos, no se, pero esa neura por la limpieza no les pega nada.

Y a los fans de Omar Sharif, os digo que sí, que mereció la pena encontrarle y que espero hacerlo más veces, vive por aquí, así que no será difícil. Y como dije en el post, tiene una facha fantástica, no decepciona.

Un abrazo a todos

josé javier dijo...

Debes tener un aguante, o talante, o qué se yo para convertir un momento asqueroso en una sonrisa, y además compartida.
Un abrazo desde el otoño sevillano. J.J.

Unknown dijo...

Vaya vivencias tienes tía, esto en occidente no pasa. Entras en un bar y compartes barra con Omar Sharif. Increible :-)

Noemí Pastor dijo...

Me ha encantado el "susedido".

Anónimo dijo...

jijijiji, Genial Celia, vaya suerte la tuya....., sigue por favor.
Besitos.

Anónimo dijo...

Jajajaja, pues si encima estaba sucio y fumigan, yo no se que decirte, vaya olor que tiene que salir de ahí :S
No me dejas de sorprender por todo lo que te pasa estando allí, cada día es una gran aventura.
Te compadezco!Y como no ¡como te envidio!
Un saludete!

Celia Ruiz dijo...

José Javier,
lo mío es una "vieja" técnica de supervivencia, intento no ver las cosas que no me gustan y me recreo en las buenas, que son muchas. De las dos puertas, una es la del más allá,jajaja y la otra, te conduce por amplios espacios hasta el Nilo, me quedo con esta!.

Jean,
también me pasó en Madrid que tuve que compartir lavabo con Joaquín Sabina...

Una abrazote a todos que estáis muy "comentones" bien!!!

Anónimo dijo...

me meeeeeeeeeeoooooo, solo imaginarme las patitas del bauab entre las nubes de desinfectante como san josé en una pintura de mi colegio en su huida a Egipto (solo que las nubes eran de agua en este caso) y habría dado algo por verte la cara cuando saliste corriendo a la terraza como perseguida por el napalm. que ciudad mas maravillosa. besos guapa.