Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

martes, 6 de enero de 2009

Un único deseo


He regresado a Colonia, donde pasaré los últimos días antes de regresar al Nilo.

Me recibe una copiosa nevada que deja varios centímetros de nieve. El frío es tremendo, no siento ni la nariz ni la barbilla, debemos estar a varios grados bajo cero. Me encanta la sensación, el aire helado que se cuela por la boca y los copos anidando en el flequillo y las cejas.

Veo que a pesar de la larga ausencia, todavía no he perdido la habilidad para andar entre nieve y hielo sin caerme, aunque de vez en cuando se me escape algún que otro resbalón. En las zonas peatonales se acumulan montones de nieve y a fuerza de caminar se han formado fangosas pistas de barro, nieve y hielo. Inmediatamente asocio esta imagen con el telediario de días anteriores. Los tanques israelíes esperando que los barrizales en los que descansaban se secaran para invadir Gaza por tierra.

Qué vida más horrenda. Apenas hemos celebrado la Navidad, rodeados de lujos, regalos y millones de kilovatios iluminando las calles, mientras en otro lugar del mundo, no tan lejos del nuestro, la gente subsiste en medio de una guerra, sin alimentos, electricidad ni medicinas.

Las imágenes me mostraron montones de hombres y bebés muertos, calles, carreteras y casas destruidas, niños de ojos rojos llorando con las lágrimas más inocentes que haya visto nunca, hospitales cochambrosos donde los gritos horrorizados de las mujeres retumbaban más que las bombas. Y entre tanto, las palabras de los políticos tan bien vestidos y nutridos, sus encuentros, las negociaciones, que seguramente acabarían acompañadas de una cena cara y después, el descanso en cualquier Ritz del mundo. Cuánta ineficacia e hipocresía.

Me avergoncé del calor de mi habitación, de la deliciosa cena que acababa de tomar y de mi capacidad de soportar este tipo de noticias sin que me retumben las entrañas.

Por eso para este año, no quiero más dinero, ni mejor trabajo, ni un armario nuevo o un viaje exótico. No quiero acumular objetos, ni comprar más ropas, ni visitar paraísos caros. Lo que de verdad anhelo es que el conflicto entre judíos y palestinos llegue a su fin, que no se vierta más sangre, que no haya más destrucción, ni más lágrimas ni más gritos. Esto deseo.

14 comentarios:

Unknown dijo...

Celia, eres muy buena y con deseos muy humanos. Desafortunadamente parece que ciertas personas se sienten con el derecho de pisotear a otras sin piedad. Tal como si fueran bichos o cucarachas asquerosas. ¿Por qué somos así? Ellos son vecinos y no se pueden ni ver. Están peor que perros y gatos. Solo pido a Dios les ilumine y les haga ser sensatos. Entre más peleén, más odio crearán.

Marcoiris dijo...

Feliz Año Celia!
Un deseo que comparto pero que desgraciadamente creo que no se va a solucionar pronto. Demasiados odios, rencores, rencillas... como para que se pare en este momento. Y cada dia que pasa la cosa va a peor... a mi me duele en el alma y me entristece...

¿Para cuándo un mundo en el que nos tratemos como humanos, por lo que somos... y no por lo que representamos (llamese religión, raza, pais...)?

Un abrazo, me gustado como has descrito las calles de Colonia :)

Mexiñol dijo...

La verdad es qeu muchos de nosotros nos quejamos por que el recibo de la luz viene mas alto o porque hay un desconchado en el techo, eso son nimiedades comparado con lo que pasan estas PERSONAS.

Y los que tienen en su mano el paliar sus problemas están ocupados pensando o discutiendo como incrementar sus cotas de poder sentados en sus gordos culos sobrealimentados. Asco me dan los malnacidos

Petrusdom dijo...

Feliz año y que los deseos que compartimos no se queden en deseos sólo, pero el horror de la violencia a la que nos acostumbran los medios de comunicación no se acabará hasta que cambiemos la idea de que la violencia es necesaria para que vivamos así de bien...
Un abrazo

Rachel dijo...

Deseo lo mismo que tu Celia. Ojalá se cumpliera nuestro deseo....pero es dificil, muy dificil, mientras los hombres encorbatados tengas intereses de por medio. Las personas como nosotros no tenemos el poder para cambiar las cosas, imaginate lo culpables que se deberían sentir los políticos de turno...espero que no puedan dormir nunca con todo ese cargo de conciencia en sus hombros....
Un abrazo muy grande,
Raquel

Anónimo dijo...

Pues si pienso lo mismo....por desear que no quede..., pero mala solución le veo.
Besitos para todos y feliz año.

Anónimo dijo...

Hola Celia, lo que insistentemente me viene a la cabeza cuando leo y veo el conflicto de Gaza, es cómo los israelíes (y ya sabemos que todos no están de acuerdo) pueden cometer esas atrocidades... ¿es que no se acuerdan por lo que han tenido que pasar ellos?. Y todo por un trozo de tierra (haciendo un resumen muy general).
Teresa

Unknown dijo...

Feliz regreso al blog Celia!

Como he dicho más de una vez en estos últimos días, cuando una se sienta a cenar y ve imágenes tan dantescas y llenas de crueldad, como las que estamos viendo últimamente en Gaza, siento verguenza de la especie a la que pertenezco y de este mundo que, antes tal salvajada, se queda impasivo comiendo turrón.

Mis deseos estan llenos de ansias por encontrar una solución a todo esto, pero el odio y la ira son sentimientos que se autoalimentan.

El dolor y la venganza que inundan cada palmo de ese barro, estan tan arraigados que, con cada tanque, con cada cohete y con cada lágrima de una madre en un hospital, creo que nuestros deseos van a verse difícilmente cumplidos.

Y de corazón, que espero equivocarme.

Carme

Noemí Pastor dijo...

Amén.

Anónimo dijo...

Pensamos igual.
Ójala se cumpla lo que deseamos.

ARSINOE dijo...

Hoy es este conflicto, el mes que viene será otro. Siempre habrá alguien que sufra y otros que se beneficien de ese sufrimiento. Los humanos cada vez somos más inhumanos.

JAVIER dijo...

Amiga, es lamentable, doloroso, horroroso lo que sucede, pero que podemos hacer? si ninguno de los dos paises quiere dar su brazo a torcer. Desde que tengo uso de razon siempre he escuchado que por ese lado del mundo viven en eternas guerras, si no es internacional es interna. Duelen las imagenes y lo unico que podemos esperar es que nuestros paises, hundidos en esta crisis economica mundial, puedan extenderles una ayuda y que ellos quieran recibirla.
Tienes un gran corazon.
Un abrazo.

Saludos desde Japon.

josé javier dijo...

Ojalá, querida amiga, ojalá...

Aunque debemos seguir mirando los copos de nieve caer o una bonita puesta de sol, o sólo coger la mano de tu hijo y sentirlo junto a tí.
Un abrazo desde una fría Sevilla. J.J.

Celia Ruiz dijo...

Gracias como siempre por vuestros comentarios me alegro siempre por cada uno de ellos y los espero con regocijo. Un abrazo a todos.