Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

martes, 7 de octubre de 2008

Mi nuevo taxista cairota, bizarro como pocos.


Me he agenciado otro taxista. No es que Emat no sea bueno, no, pero tiene la manía de dejarte plantado cuando menos lo esperas. Unas veces es el coche que no arranca, otras, alguien está enfermo, moribundo o desaparecido y las menos, se le olvida que tenía que recogerte en algún lugar y no aparece.

La última vez y sin previo aviso me quedé tirada en el aeropuerto, con unas cuantas maletas y un calor de mil demonios. Encontrar un taxi que por un precio razonable me llevara a casa fue una ardua tarea que empezó con un regateo a partir de 40 euros hasta llegar a los 10, que es lo que realmente cuesta el viaje. En toda esta negociación me vi obligada a sacar y meter las maletas de dos coches diferentes en un rifirafe absurdo y sin fin.

Así que a pesar del poco fuste que tiene a veces, Emat es insustituible. Es amable y decente con sus precios y si tengo que colgar una lámpara, subir las bolsas de la compra a casa, instalar la tele o estrechar unos pantalones, ahí está él, su mujer, su amigo o su vecino, todos para uno y uno para todos. Ventajas de un país en el que ayudar al prójimo no es algo humillante, sino grato.

Ibrahim, el segundón, es muy responsable y puntual, me cuentan. Habla un inglés de trabalenguas y no le gusta nada que le repitan las instrucciones, enseguida pierde la paciencia y dice gesticulando con la cabeza yes, yes, yes, I know, I know... Tiene un coche de la categoría "ni fu ni fa" que guarda para las grandes ocasiones y para lo demás utiliza una combi "SMP" en buen estado y con mucho espacio para poner dentro cualquier trasto.

A pesar de no ser un chiquillo, conduce como un energúmeno. Apoya el codo en la ventanilla y pegado al claxon va pitando de manera compulsiva y enviando señales de advertencia al resto de conductores. De la velocidad mejor no hablamos, sólo apuntar que muchas veces tengo que cerrar los ojos y apretar las mandíbulas, porque los ruidos que se producen son tales que parece que vas a salir volando, virgensssssita querida.

Hoy le he llamado para ir a comprar plantas a Maadi. Lo primero que me ha dicho con cara de decepción al verme es, ¿dónde está el mister? y me ha dejado desarmada. Creo que no se siente seguro entre mujeres.

Nos ponemos en marcha y después de echarnos unas cuantas carreritas por las calles, de caer y rebotar en miles de agujeros y de intentar atropellar a varios transeúntes, entramos derrapando en el barrio de Maadi.

Busco el vivero de siempre. Allí hay un muchacho encantador que aunque apenas habla inglés, se hace entender a las mil maravillas. Así que, emocionada, me compro arbolillos de flores y florecillas, helechos, un jazmín, en fin, plantas que no esperaba encontrar en este desierto que es Cairo.

Según iba eligiendo, miraba a Ibrahim buscando su aprobación para el transporte de todo aquello y me decía optimista, no problem, no problem. Así que una planta por aquí y una maceta por allá, fui aumentando la cantidad y el peso con el consentimiento del conductor.

Pues bien, llegó la hora de cargar todo aquello y vi que la palabra "problem" no tiene ningún significado por estos mundos de Alá.

Con instrucciones precisas consiguió que uno de los empleados subiera de un salto al techo del taxi y comenzara a organizar el espacio. Uno detrás de otro fueron acomodando encima de una improvisada baca pesadas macetas de barro, árboles y plantas. Primero de pie, luego tumbadas y al final, ni lo uno ni lo otro. Yo desde abajo puse el grito en el cielo pensando en lo que pasaría con todo aquello en un largo trayecto lleno de obstáculos.

Ibrahim no quería ni oir hablar de mis quejas, de mis advertencias, de mis súplicas finalmente. Con gesto seguro y media sonrisa dijo, "no problem madame". Los demás, le corearon divertidos.

Y así nos pusimos en marcha, nosotros dentro y todos aquellos kilos encima de nuestras cabezas, sin atar, rodando de un lado a otro y haciendo en las curvas ruidos indescriptibles..."quitaroooos que vamooooos", me dieron ganas de gritar por la ventanilla, pero me contuve. Los primeros metros puso especial atención y condujo lentamente. Después de comprobar que aquello se mantenía arriba y que realmente no parecía ser un gran problema, salió disparado como alma que lleva el diablo.

Pasamos varios puestos de policía y nuestro cargamento no pareció interesarles en absoluto, así que respiré hondo y puse todas mis esperanzas en manos de la divina providencia.
¿Qué otra cosa hubiera podido hacer, eh?.

15 comentarios:

Germán Gómez dijo...

Me imagino la escena y da para película de cine cómico.

Tu relato me ha recordado una sensación que tuve en El Cairo, en una visita de hace varios años: nunca sabías si te estaban engañando u ofreciendo su mejor hospitalidad. Supongo que con el tiempo aprendes a distinguir.

Dayana dijo...

Pero las plantas llegaron con algunas hojas al menos?

Geniales tus relatos, como siempre!

Un comentario aparte. Te entra mucho spam al blog? yo tengo uno en Wordpress y el otro en blogger y en el segundo nunca netra spam, en cambio en el otro si.
Te lo cuento porque por ahí podrías sacar las letras de verificación que son un poquito molestas a la hora de comentar. Sólo una sugerencia. Besos.

Anónimo dijo...

jajjajaj, "no problem"...creo que es su frase favorita...jajajajaj, anda que mira que ir sin tú Mister por ahí....jajajajaj.Besitos

Celia Ruiz dijo...

Dayana,
no, no me entra spam, sólo en una ocasión, pero quiero evitar ese problema que ya he padecido con mi correo electrónico y que me obligó a cambiar mi dirección.

Te agradezco tu sugerencia y espero que esto no te desanime a la hora de hacer comentarios.

Por cierto, las plantas llegaron algo despeluchadas, pero ya se están recuperando.

Nos vemos!

Anónimo dijo...

Jo, como te lo pasas jajajaja.
No me digas que no es divertido ir con la baca del coche llena de macetas e ir a una velocidad de vértigo jajajaja. Yo me hubiera reído mucho, pero mucho-mucho.
Lo que mas me impresiona es lo bonitas que estan las plantas, jo, estan superverdes y muy hermosas.
Seguro que donde estas no te faltará luz :D
Bueno, sigue con tus compras por esos barrios tan apreciados y suerte con tus conductores jajaja

Rachel dijo...

jajaja En el Cairo siempre es no problem. Sobre todo con los taxistas. Yo, cada vez que cogía un taxi cerraba los ojos y me decía: " si sales de esta es que has vuelto a nacer". Incluso llegé a montar con un taxista que conducía, bebía té, y hablaba por el móvil, todo a la vez jeje Pero siempre llegaba al lugar donde debía llegar. Los taxistas Cairotas podrían dar clases de condución magistrales aquí jeje
Un Beso.

Anónimo dijo...

Los taxistas se las traen, pero veo que vas sorteando los peligros con soltura.
También te habrá tocado ver a esos que te preguntan a dónde vas y si no les pilla de camino no te llevan, o esos otros que van recogiendo a otros pasajeros y al final te encuentras con el taxi lleno de desconocidos que comparten gastos.
Es algo muy típico de esa ciudad.

Unknown dijo...

Leyendo estas lineas qme he acordado de un taxista que tuve en uno de mis viajes, era un viejecito de los tiempos de Matusalem, con unas gafas enormes, sujetadas con un esparadrapo que con el paso del tiempo había pasado a formar parte de la propia montura y enfermo de parkinson.

Que cariño le cogí!

Dondequiera que estés, que Allah te guarde!

Celia Ruiz dijo...

Carme, es que muchos de ellos son así, el coche viejísimo, y ellos también, vivir el tráfico de la ciudad con ellos es único.

Por cierto, hay un libro "TAXI" de Khaled Al Khamissi, que seguro que te interesa.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Jajajajja...Me recuerda a la situación que he vivido hoy. Mi maleta de casi 30kg subida a la vaca de un taxista cairota que iba en zigzag por el 26 de Julio y que encima se ha reido a carcajadas de mi con la cara que he puesto en su decimoquinto frenazo. Y yo mientras visualizando mi maleta volando por los aires...

Anónimo dijo...

me voy "pa allá" el viernes 23, yo tengo 60 años, mi madre 84 y va en silla de ruedas. ya los he visto conducir sin luces y a toda pastilla. te aseguro que me muero por volver, me lo pasé tan bien hace unos años... aunqur creo que se me ha olvidado lo que sabia de precios, ¿cuánto puedo pagar por tener un taxi todo el dia? o al menos mientras aguantemos, una cantidad justa, ni que me timen ni aprovecharne de ellos. no me digas que no te da un vuelco el corazón cuando cruzas una avenida a la carrera mientras vienen los coches a toda leche

Celia Ruiz dijo...

Hola Anónimo,
mira, un taxi normal en Cairo te podría costar por 8 horas unas 200 libras. Como eres turista igual te piden algo más,es normal, pero negocia con ellos que siempre están dispuestos. Si sales a otros destinos. Si quieres un taxi bueno, de los que ofrecen los hoteles, entonces tienes precios fijos por hora.

Y lo de cruzar las calles, intento no hacerlo porque es peligrosísimo.
Disfruta tu viaje!

Khaled Musa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Celia Ruiz dijo...

Querido Khaled,

Mi Blog no tiene afán comercial,yo misma he renunciado a insertar publicidad para mantener un espacio agradable, por eso os agradezco de antemano que no promocionéis vuestros productos.

Gracias y recibe saludos

Khaled Musa dijo...

Estimada Celia:

En ningún momento la intención ha sido la de promocionar la obra porque para ello existen otros cauces. El mensaje lo he escrito a colación de los mensajes anteriores, puesto que hacía un comentario sobre la obra en cuestión. No obstante, procedo a eliminar el comentario.

Saludos cordiales,

Khaled