Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

domingo, 19 de octubre de 2008

Mi primer encuentro con Rashida.

Abrí la puerta y allí estaba Rashida, escondida tras una sobria abaya negra.

No pude ver más que su carita redonda y sus pies negros como el betún. Calzaba unas pequeñas sandalias de goma que salieron volando con un movimiento hábil de liberación, Zaaaaapa!!! aterrizando a mis pies. Su remango para descalzarse me hizo reír y me resultó tan simpática que crucé los dedos para que fuera una buena ayuda para la casa.

Apenas había traspasado el umbral de la puerta y ya se había arrancado a contar montones de cosas de las cuales no entendí ninguna. Sin parar de hablar se sacudió, sin pudor, aquellos hábitos negros y se descubrió el pelo recogido en un moño despeluchado por el sudor. Debajo llevaba una camiseta blanca bien pegadita a los michelines y unos pantalones capri que se transparentaban dejando a la vista unas enormes bragas rojas.

Se agarró a mi cuello con fuerza y me apretó maternalmente contra su pecho, luego me dio dos, tres, cuatro besos y otras tantas bendiciones en árabe, que de nuevo, no comprendí.

Hasta mi perra la quiso desde el primer momento. Y esto era la prueba de fuego, porque con ella, uno nunca sabe a qué atenerse. Según entró, le olisqueó afanosamente y se rindió a sus pies poniéndose panza arriba. La otra, llena de júbilo ante semejante comportamiento, se olvidó de la impureza de los perros en su religión y le atusó el pelo con garbo y hasta le pegó un buen achuchón.

No tuvimos más remedio que entendernos con gestos. Ya se que os parecerá misión imposible, pero si lo practicáis veréis lo mucho que uno puede llegar a decir sin abrir la boca... Limpia esto, lava aquello, el polvo, la plancha, en fin, repasamos todas las rutinas diarias de la casa, nada interesante para vosotros.

Yo andaba dando saltos de júbilo, sin creerme la suerte. La mujer parecía un tesoro. Sólo me faltó gritar con voz firme pero apagada BIEN! BIEN! BIEEEEEEN!.

Y en ese regocijo estaba , sentada y concentrada escribiendo un post cuando oigo el teléfono y la oigo sollozar...voy corriendo a ver qué pasa, pero claro, una situación como esa, no se descifra haciendo mimo, así que tuve que buscar a Mohammed, el bauab para que me hiciera de traductor. Por él me enteré de que su tío acababa de morir atropellado, dejando huérfanos a 4 niños pequeños. Algo que lamentablemente es frecuente en El Cairo.

Me quedé horrorizada con semejante noticia e intenté consolarla, me temo, sin éxito.

A pesar del berrinche que tenía, la pobre Rashida no quería irse ni a tiros, empeñada como estaba en dejar acabadas todas sus tareas. Moqueando, me señalo compungida las habitaciones. Miré a mi alrededor y me temblaron las piernas. Siguiendo sus peculiares costumbres de aseo, había organizado un zafarrancho de aúpa como ritual previo a la limpieza. Había repartido cubos con agua por toda la casa, trapos limpios y sucios. Parte de los suelos estaban mojados, alfombras colgando por las barandas de la terraza, cacharros fuera del armario, y lo peor de todo, lo había hecho en una horita de nada...en fin, pensé, sería así el fin del mundo?.

Que a la mujer se le ocurriera pensar en la limpieza, me indicó que estaba totalmente trastornada con la noticia y que por supuesto no estaba en sus cabales. Así que con decisión, la convencí para que se vistiera y saliera pitando.

Cuando le entregué su salario completo, más lloros y negativas, no y no madame, no quiero el dinero, no he trabajado nada...Cerró el puño tan fuerte como un niño empecinado y me costó lo mío abrírselo y encajarle el billete.

Pasaron muchos días y no la volví a ver. Se cruzó el Ramadan y las vacaciones posteriores a esta época de ayuno. Pero la semana pasada sonó el timbre y allí estaba, vestida con su abaya negra y transportando, como si nada, una enorme bolsa en la cabeza.

Me saludó con una enorme sonrisa y un abrazo que me dejó sin respiración. Se liberó de sus hábitos y Zaaaapaaaa!!!! las sandalias volaron de nuevo hasta su esquina.

Y ese día, empezó con el mismo zafarrancho de combate, pero tuvo final feliz. Definitivamente es un tesoro.

13 comentarios:

SolraC dijo...

Un blog muy interesante :)

Anónimo dijo...

Genial!!!....
Besitos.

Anónimo dijo...

Que mujer tan curiosa y tan peculiar!
Encontrar unas buenas manos que te ayuden y te den confianza muchas veces no tienen precio.
Espero que con esta gran mujer, tu casa luzca tan bonita y tan dispuesta para las visitas que brille como los chorros del oro.
No sueltes a esa buena mujer!
Un saludete!

Unknown dijo...

Ay que bonito...estoy leyendo y me figuro una escena como de teatro. Cuando se quita los zapatos casi siento el frío en los pies del mármol. Nunca mencionaste mármol pero me imagino así y con ventanas que se pueden abrir solo por la noche.

Saludos.

Rachel dijo...

Vaya suerte que hayas encontrado alguién asi. Has tenido suerte. Me has aclaado una duda que me surgió hace poco, tenía interes en saber si en el Cairo había mucha tasa de atropello, yo creía que sí pero no estaba segura, ahora me lo has aclarado y te doy las gracias.
Sigue escribiendo así, es una maravilla leerte, me parece que eres brillante escribiendo.
Un beso,
Rachel.

Unknown dijo...

Me ha encantado Celia, es leer e imaginarme la escena, como si la viera!

Y los bauabs...pues menudos personajes son, yo creo que Mohammed se merece un capítulo en tu blog, no crees?

Celia Ruiz dijo...

Hoy estuvo en casa Raschida y me acordé de todos vosotros y de lo que os hubiera gustado verla por un agujerito...seguro que habrá más episodios con ella porque a todo lo que hace le da un "toque" especial. Así que seguiremos en la brecha...
Carme, con Mohammed, el bauab, tienes razón, es mundial y algún día hablaré de él.
Un abrazo a todos...

Anónimo dijo...

Hola Celia he estado leyendo algunos de tus post y son muy interesantes. Yo también estoy viviendo en Cairo y mi gran ayuda en casa es una gran mujer,Sabah, desde aquí le quiero dar las gracias por todo el amor y dedicación que nos da.
Tu post mokatan es incrible al leerlo es como si estuviera en medio de sus calles y las fotos maravillosas.
Saludos Miss Mery Nile

Mi vida en 20 kg. dijo...

Hola vecina, te vi en el concurso 20 min. Te deseo mucha mucha suerte.
A ver si uno de estos dias nos tomamos un cafe.

Un besito

Celia Ruiz dijo...

Hola!
encantada de tomar un café. Cuando tengas tiempo, me mandas un mail, lo tienes en mi perfil y nos ponemos de acuerdo.

Te sigo leyendo y suerte!
Un abrazo

Celia Ruiz dijo...

Hola Miss Mery Nile,
Vaya nombre más bonito, no se,me suena a barquito de los que surcan el Nilo.
Bienvenida al blog!

Anónimo dijo...

Que maravilla. Mi reino por ver una foto de esa mujer.

Fernando Romero dijo...

estupenda entrada, esas pequeñas cosas cotidianas contadas de forma muy ágil
felicidades

saludos a Rashida, un pésame al estilo México por su difunto tío
fer