Y de la noche a la mañana me vi expatriada en El Cairo, viviendo entre pirámides, gatos resabiados y turbantes blancos...

domingo, 26 de octubre de 2008

Mohammed, el bauab y sus coleguitas.


Hoy he salido de casa temprano.

El ascensor, como siempre, estaba ocupado. En el edificio somos cuatro gatos, pero hay un trajín de lo lindo día y noche. Esto se debe a que estos cuatro gatos, tienen a su vez otros cuatro que ejercen de chóferes, vigilantes, cocineras y otras profesiones que desconozco, pero que hacen subir la población de esta pequeña escalera hasta límites insospechados.

Hoy me ha tocado compartir espacio con el británico del sexto, la empleada filipina del quinto y con un gato de verdad. En este ascensor de Babel he viajado dando tumbos, hasta la planta baja, donde ya esperaban el empleado sudanés del segundo, la vecina del tercero y el chófer de Hussein. Os dije trajín?

En la puerta, como siempre, estaba sentado Mohammed, el bauab. Verle tan tranquilo allí, me puso de buen humor.

Su trono particular es un modesto banco de madera cubierto con una manta árabe, seguramente heredada de algún inquilino. Este banco está colocado estratégicamente, en la entrada de la casa. El motivo, no perder ripio. Unas veces lo pone a la izquierda y otras a la derecha. Nunca he sabido el motivo de estos cambios y como creo que no tienen nada que ver con el sol, porque hay muchos árboles, tengo que pensar que se deben al aburrimiento o a simples cambios de rutina.

En este curioso avistadero nunca se sienta solo. Cuatro o cinco personas comparten con él, además del asiento, tertulia y té. Uno es el chófer de Hussein, el otro el portero de la casa de al lado, el chico de los recados de una de las vecinas y otros tantos que van turnándose y forman parte de ese microcosmos peculiar y entrañable.

Cuando te ven, se desviven en saludos. Les puedes pedir de todo, siempre ayudan, incluso a veces, si no tengo cambio, me pagan al taxista sin hacer dramas, o le llaman al orden si quiere cobrar más de la cuenta. Esta gente no es rica en dinero, pero sí en una amplia red social de auténticos amigos.

Mohammed viene del sur de Egipto, pero lleva toda la vida trabajando en El Cairo. Ser bauab significa ser el mandamás del edificio y de parte de la calle. Está al servicio de los vecinos y por unas 80 libras mensuales, te paga los recibos de luz y agua, sube a tu casa cuando necesitas cualquier cosa y controla como buen sabueso la entrada de extraños en el edificio. Para todo lo demás recados, están las propinas extras.

Tengo que decir que jamás le he visto trabajar en asuntos que requieran mucho, mucho "movimiento". Eso de que los bauabs tienen ciertas tareas y obligaciones, debe ser en otros barrios o en otros portales, en el nuestro no.

Lo que se supone que debe hacer, se lo ha asignado a otros subalternos que se ha agenciado en el barrio. Así ha conseguido quién le lave los coches y le barra la calle. El, mientras tanto, controla el trabajo desde su banco, con la taza de té en la mano. No tiene un pelo de tonto.

Para las escaleras tiene a un señor entrado en años que limpia y lava como los chorros del oro. Todas las mañanas le encuentro descalzo y con los pantalones remangados hasta las rodillas, echando baldes de agua que corren como una cascada escaleras abajo y que milagrosamente todavía no nos han inundado la casa. Cuando ha acabado la tarea, desenrolla una pequeña alfombrilla y en una esquina del portal, frente al espejo y mirando a Mecca, da las gracias a Alá.

Para acabar la jornada, Mohammed le ofrece un té y los dos se sientan mano a mano en la garita a ver la telenovela de la tarde. Se les oye reír desde fuera, como dos críos y son tan contagiosos que me tengo que reír con ellos.

Qué vida, no?, cualquier día me apunto a la sesión continua.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has transportado al portal de tu casa y al ritmo de vida egipcio. Y los personajes parecen entrañables, se nota en tus palabras que les estás cogiendo un gran cariño.

Soy la del taxi de la entrada anterior. Si hace calor en agosto en El Cairo, sobre todo porque la húmedad es altísima, en Luxor o en Asuam se lleva mucho mejor. Pero en vacaciones el calor ni lo notas.

Un saludo from Spain.

Ana Belén

Rachel dijo...

Yo también quisiera que hubiera un Mohammed en mi casa vigilando...me vendría muy bien..lástima que en Bilbao no se estile jeje
Precioso post, como siempre, que nos acerca a la vida diaria de mi querido Cairo.
Un Saludo.

Unknown dijo...

El bauab es todo un personaje en cualquier escalera del Cairo...yo no lo habría descrito mejor.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Primero de todo, enhorabuena por tu blog. Lo encontré de casualidad y me he hecho asidua. Siempre me hace aflorar una sonrisa :), aunque a veces amarga.

Madre mía, cuántos recuerdos!!!

Yo también estuve en Cairo y concretamente en Zamalek casi 2 años (bueno yendo y viniendo a España) y en mi edificio, durante ese periodo, tuve 5 bawbabs diferentes. Y adivina adivinanza.. los 5 se llamaban Mohammed!!! Y como corresponde todos del Alto Egipto.

Espero que te quedes con lo positivo de la experiencia y lo sigas viviendo con el mismo humor.

Masriya22

ARSINOE dijo...

O sea que Mohammed es un lince en eso de la subcontratación, je, je..El de capataz y los demás haciendo las tareas pesadas, eso si que es saber llevar el duro trabajo diario, je, je.

JAVIER dijo...

Hola!...llegue a tu blog desde el de TEREIXA y la verdad que buen acierto, leerte son como las charlas tan entretenidas con mi mujer, vale decir sencillas, claras y amenas. Ya tienes un nuevo lector.

Saludos desde Japon.

Anónimo dijo...

Muchas veces he pensado que viven como verdaderos faraones y parece que no voy mal desencaminada.
Ser el "controlador" de la calle, de tu bloque, de tu zona y tener todo en una perfecta armonía muchas veces no tiene precio.
Como se puede comprobar además, es todo un caballero y ayuda en lo que sea menester.
Se nota que lleva una vida apacible y... ¡que suerte tienes!
Un saludo desde los Madriles sucios, ruidosos, peligrosos y estériles de buenos y reconfortantes sentimientos.

Anónimo dijo...

Aqui seguimos Celia leyendote y añorando poder estar ahí, pues si un personaje entrañable...en julio pude comprobar el servicio de estos hombres y la verdad es que pueden llegar a ser muy necesarios, pero ya ves por 80 libras...y encima reparte trabajo..., gracias por compartir de nuevo tus aventuras.
Besitos.

Mariló García dijo...

he estado en Japon, China, Hawai, Las Vegas, ... pero en el Cairo nunca y leyéndote me entras unas ganas enormes de escaparme...

he llegado a tu blog por el concurso. Te seguiré leyendo. Suerte! yo compito como Mejor Blog Personal, estoy en segundo lugar... Más alto si tú quieres...

yonomeaburro.blogspot.com

Celia Ruiz dijo...

Carme, ya sabes que la idea de escribir sobre mi bauab me la diste tú, así que te tengo que dedicar el post.

Rachel, eso de los bauabs habría que introducirlo de nuevo en Bilbao,no crees? le voy a preguntar a Mohammed, igual quiere...

Masriya, por aquí dicen que algunos Bauabs empiezan de jóvenes y trabajan toda la vida en el mismo lugar,así que tuviste mala suerte (o buena, depende).

A todos os agradezco mucho vuestros comentarios porque si no los hiciérais esto se volvería muy aburrido.

Y bienvenidos a los nuevos, espero veros a menudo por aquí. Luego iré a visitar vuestros blogs.
un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Tiene que ser genial vivir una temporada allí, o por lo menos, eso me trasmites con tus escritos.

Anónimo dijo...

Qué tranquilidad de vida, tal y como la has descrito da envidia. Recuerdo gente con ese ánimo apacible que describes de cuando vivía en Arabia Saudí, aunque las cosas como son, dentro de la media los egipcios eran de los más acelerados (sin llegar al punto de libaneses y palestinos)

Un saludo,

Pedro.

Anónimo dijo...

yo le conocí. es divino. y su manera de ver la vida también. tengo la impresión de que El Cairo enamora, en parte, por estos pequeños grupos de gente risueña, amable y hospitalaria, que viven a la puerta de los edificios, oficinas y negocios dispuestos siempre a ofrecerte agua para el peroo y/o té para tí.
Gracias Celia. Me ha encantado encontrarme otra vez allí.

Viajeratemporal dijo...

Mi bauab también era un Mohammed!! será un nombre asociado a la profesión o una deformación profesional??
Gracias por transportarme a ese Cairo del día a día que tanto echo de menos.

http://viajeratemporal.blogspot.com/